martes, 1 de mayo de 2018

Identidad


Hoy me he empadronado en mi pueblo. Oficialmente, ya no soy valenciano. Y, de repente, he sentido un fuerte sentimiento identitario. Ha sido como una epifanía. La inspiración divina, la ciencia infusa, cual lenguas de fuego, se han posado sobre mi cogote y he comenzado a hablar mi nuevo y hermoso idioma en el que las diferencias son notables, únicas, como gemas preciosas. Ya no digo xiquet, ahora digo mante. Ya no digo blau, ahora digo asul. También he aprendido de golpe una nueva constitución y un nuevo himno. Y, sin duda alguna, soy más guapo. Hasta me apetece ir a misa. Me dice el párroco, tan humilde, tan del pueblo, que los valencianos nos han oprimido muchísimo siempre. Me avergüenza ser quien fui ayer. No comprendo cómo pude estar tan ciego.

Mañana regresaré a Babilonia, porque ahí he de trabajar para dar de comer a mi familia. Los valencianos comprarán mi vida, pero nunca venderé mi alma. Ni dejaré de luchar, codo con codo, junto a los de mi raza pura, la de mi pueblo mediterráneo. Aunque, según me cuentan mis amigos del BNP (Bloc Nacionalista Pueblerino), tampoco es cuestión de despreciar el dinero de los forasteros, que para eso somos nacionalistas sin fronteras. Un impuesto necesario para alcanzar la libertad y en el futuro poder extorsionar tan sólo a nuestros compueblerinos.

Hoy dormiré feliz, sabiéndome partícipe de una gran misión, universal, cósmica. Tal cual rezan las últimas salves en honor de San Vituperio Vividor, patrón de mi pueblo, del que siempre seré devoto:

¡Vixca el meu poble!
¡Vixca el meu campanar!
¡Vixca el meu melic!                                                                                                                 
¡Adeu!

P.D: Adoro a mi pueblo y al idioma valenciano con un amor difícil de comprender. Pero no puedo con los paletos ni con los racistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Formentera 1999

Advertencia. Contenido adulto: lenguaje soez, desnudez, drogas, racismo, machismo, niños manipulados, violencia. Formentera era el puto pa...