viernes, 27 de marzo de 2020

Algún día saldrá el sol


27/03/2020 Decimocuarto día

Han pasado catorce días de confinamiento y el balance es el siguiente: leo menos y trabajo más. Los horarios desaparecen cuando uno trabaja delante de un ordenador y no tiene escapatoria. Y el móvil, para bien y para mal, se ha convertido en un emisor constante de parpadeos y temblores. No hay sosiego. Mañana es sábado. Intentaré dedicar un tiempo a mis asuntos. Igual, hasta me peino. Tengo algunos amigos calvos a los que envidio en este momento. Se afeitan la cabeza y tienen la faena hecha. No descarto hacer lo propio con mi hermosa cabellera, como Jo en Mujercitas.

Soy un tipo sedentario. No me gusta viajar, aunque, cuando lo hago, soy un viajero sumiso al que se le pasea sin que reniegue. Porque raro es que viaje solo y si lo hago es siempre por causas de fuerza mayor: por trabajo o para reconocer algún cadáver, por ejemplo.  Sin embargo, ahora mismo, cuando todo el mapamundi está pintado de rojo infeccioso, no me importaría viajar adonde me llevasen, hasta a las Fosas Aleutianas.

Ayer comentaba que el virus no nos cambiará cuando volvamos a la normalidad. Sigo pensando lo mismo. Pero es cierto que hoy no soy la misma persona que era hace una semana. La azotea se ha convertido en mi paraíso perdido en el que disfruto de mi vértigo, no me importaría volar en avión a pesar de mi fobia a los artefactos que despegan y, lo que es peor, ayer a las ocho aplaudí a la pasma. Malo, malo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Formentera 1999

Advertencia. Contenido adulto: lenguaje soez, desnudez, drogas, racismo, machismo, niños manipulados, violencia. Formentera era el puto pa...